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QUIENES SOMOS

Nuestra Iglesia comenzó como punto de misión de la Iglesia Evangélica Bautista de Zaragoza hace varios años,  afiliada a la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE).​

Reconocemos que cada creyente como hijo o hija de Dios, tiene dones y talentos y una función en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Nuestro ministerio está organizado con énfasis en el edificación del cuerpo de Cristo por medio de la Enseñanza de la Palabra de Dios, la Adoración, el Discipulado, Evangelismo, Compañerismo y Servicio, tanto en el templo como a través de los Grupos Crecer, que se reúnen semanalmente en las casas como parte del ministerio de la iglesia.

 

Nuestro deseo es alcanzar cada vida y familia en la Ribera de Navarra y la Rioja para Cristo.

DECLARACION DE FE​

 

CREEMOS:

 

A. EN LA SOBERANÍA DE JESUCRISTO. La soberanía de Jesucristo sobre el creyente es integral, involucrando todos los ámbitos de la vida (romanos 13:14; Colosenses 2:6; 3:17). Jesucristo es nuestro Salvador y Señor (Lucas 2:11; Filipenses 3:20; Apocalipsis 17:14). No hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos (Hechos 4:12). Ha recibido la potestad y la autoridad de manos de Dios Padre, y por tanto, reina sobre cielos y tierra (Hechos 2:36; Romanos 14:9; Colosenses 1:15-20). 

 

B. LA SANTA BIBLIA, ÚNICA REGLA DE FE Y CONDUCTA. La Biblia es el registro escrito de la revelación de Dios a la humanidad. Contiene la voluntad de Dios para la vida de cada creyente. Las Sagradas Escrituras contienen la Palabra de Dios y dan testimonio de Cristo el Señor. Es la fuente inagotable de inspiración y guia para la vida (Salmo 119; Proverbios 30:5; Isaías 40:8, 55:11; Mateo 4:4, 24:35; Marcos 13:31; Lucas 4:4; Romanos 10:17; 2 Timoteo 3:16; Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:25; 2 Pedro 1:19). Estudiando las Escrituras, el creyente examina su conciencia y aprende a consolidar su carácter y personalidad a la imagen de Cristo (Juan 5:39; Hechos 17:11).

 

C. VALOR HUMANO Y RESPONSABILIDAD PERSONAL. El ser humano ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza, siendo, por tanto, el eje o centro de la creación. Sin embargo, es necesario renacer espiritualmente mediante la fe personal en Jesucristo. El hombre es libre de aceptar o rechazar el don de la salvación que Dios otorga por gracia, y no por obras, cuando acepta la soberanía de Cristo en su vida, y, por cuanto es libre, es plenamente responsable de hacerlo o no.

 

D. EL DERECHO AL LIBRE EXAMEN. La Biblia y la promesa del Espíritu Santo son para toda persona sin excepción Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Colosenses 3:25), de manera que cualquiera tiene derecho a examinar su vida ante Dios, de forma personal y directa, a la luz de las Sagradas Escrituras y con la guía del Espíritu Santo. Esta es la vía más oportuna para que los creyentes maduren y sean responsables de sus actos, palabras y pensamientos (Salmo 26:2, 139:1, 23; 2 Corintios 13:5; 1 Tesalonicenses 2:4).

 

E. ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICA CONGREGACIONAL. Espiritualmente hablando, todos los miembros de una iglesia tienen iguales privilegios, derechos y deberes. El ejercicio del gobierno congregacional exige, en esencia, discernimiento y sabiduría bajo la voluntad de la cabeza de la iglesia que es Cristo. En la iglesia, los creyentes son los que la administran, por lo que es necesario que éstos sean instruidos y capacitados en la Palabra de Dios, colocando los talentos y los dones que les han sido conferidos por el Espíritu Santo al servicio de Cristo (Efesios 4:15, 5:23; Colosenses 1:18).

 

F. SEPARACIÓN DE IGLESIA Y ESTADO. La iglesia de Cristo no necesita del sostén del poder civil y estatal.  La iglesia ha de ser sostenida y edificada por hombres y mujeres que han hecho de Jesucristo su Señor y Salvador de manera exclusiva.

 

G. RESPETO A LA AUTORIDAD CIVIL. Somos conscientes del respeto y obediencia debidos a las autoridades de la nación. Esta obediencia ha de ser compatible con nuestra fe cristiana y el mandato biblico (Mateo 22:21; Marcos 12:17; Lucas 20:25).

 

H. LIBERTAD RELIGIOSA. Es nuestro deseo promover, para todos los seres humanos, la completa libertad religiosa reflejada en una una actitud coherente, edificante y digna. Dicha libertad es un privilegio que Dios concede al ser humano. Es su derecho supremo y ha de ser respetado.

 

I. MAYORDOMÍA CRISTIANA INTEGRAL. Las iglesias deben ser sostenidas por sus propios miembros. La entrega generosa y gozosa de las ofrendas semanales (1 Corintios 16:1,2; 2 Corintios 8:12, 9:6-8) y especiales como parte del culto a Dios es reconocer la soberanía del Creador en sus vidas. De Dios es la Tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan (Salmo 24:1; Hechos 20:35; 1 Juan 3:17).); por tanto, cada creyente debe ser un gestor eficaz y eficiente de cuanto es y tiene. Los cristianos somos llamados a rendir cuentas de nuestra mayordomía integral a Dios, el cual es dueño absoluto de todas las cosas (Romanos 14:12; I Timoteo 5:8;Lucas 6:38).

 

J. EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO. Rechazamos el proselitismo, es decir, conseguir adeptos coaccionando sus conciencias. Pero nos sentimos impulsados a evangelizar y dar testimonio fiel del conocimiento de Jesucristo a todas las personas (Mateo 28:18-20). Llevaremos a cabo esta comisión divina siempre, en todo tiempo y en todo lugar por medio de la palabra y por la conducta de la vida cristiana (2 Timoteo 4:2). Lo haremos comenzando por nuestra familia, y siguiendo con nuestros vecinos, en nuestra localidad, en nuestra nación y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

 

K. AUTONOMÍA E INTERDEPENDENCIA DE LAS IGLESIAS. Cada iglesia es local y autónoma, sosteniéndose a sí misma y expresando su propia idiosincrasia particular. No obstante, con el propósito de lograr determinadas metas institucionales y promover la obra misionera, fomentamos la interdependencia entre las iglesias. En unión fraternal y cooperación voluntaria, deseamos lograr nuestros fines a nivel local, regional, nacional, continental y mundial, y expresamos la necesidad de vincularnos a través de acuerdos conformados y aceptados democráticamente por la asamblea convencional.

 

L. UN CULTO ESPIRITUAL Y SENCILLO. Celebramos un culto a Dios de acuerdo a la sencillez que se desprende de la vida comunitaria de los creyentes del Nuevo Testamento. Es nuestro deseo procurar, dentro de estos parámetros neotestamentarios, la consecución de un entorno gozoso, reverente, digno, ordenado, coherente y unido que logre, para cada creyente que participa en el culto, el mayor aprovechamiento espiritual y una experiencia auténtica de comunión con Dios en el culto cristiano.

 

M. COMUNIÓN CRISTIANA. Para los bautistas es fundamental convivir fraternalmente con los hermanos de otras denominaciones evangélicas. Deseamos promover con ellos un compañerismo genuino y práctico. La unión espiritual y fraternal con los verdaderos creyentes en Cristo debe plasmarse en la realidad. Esta unión y conexión ha de ser más íntima y profunda que la que surge de fórmulas y combinaciones eclesiales. Nos sentimos hermanos de todos aquellos que confiesan a Jesucristo como único Señor y Salvador.

 

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